¿Qué es la energía vital, de dónde viene y por qué la alimentación es tan importante para cuidarla?
La medicina tradicional china llama a esta energía QI o CHI y es la esencia que nos hace funcionar, estar en movimiento. Es la fuerza que permite todas las acciones fisiológicas de nuestro organismo, desde la contracción de los músculos que permiten tener una postura y movernos, hasta la generación de impulsos eléctricos que hacen que nuestro corazón lata o nuestras neuronas “piensen”. En medicina occidental, esto se explica por medio de concentración de electrolitos, despolarización, actividad celular, respiración celular, etc. Se podría decir que para producir energía se requiere esencialmente 2 cosas, ATP y oxígeno.
En Medicina Tradicional China la producción de Qi es esencialmente igual, siendo producto de la alimentación y la respiración. Adicionalmente, en MTC se habla de la energía ancestral o congénita, que marca la constitución que nos dejan nuestros padres y previas generaciones. Estos elementos dan lugar a los distintos tipos de Qi que circulan por el cuerpo y que también dan origen a nuestra sangre, tejidos y estructura. Esto es importante puesto que, como comentamos, todas las funciones del organismo dependen del Qi. Por ello, es primordial garantizar una buena generación de Qi a través de los alimentos y de la respiración.
Aquí cabe detallar 2 aspectos. Primero, la calidad de lo que aportamos, y segundo, el buen aprovechamiento que hace nuestro aparato digestivo. Es decir, de poco nos sirve estar muy sanos si no cuidamos lo que ingerimos, y de igual manera, de poco nos sirve comer muy sano, si nuestro aparato digestivo no funciona adecuadamente.
Por ejemplo: Una persona puede tener anemia perniciosa. Esta persona cuida mucho su alimentación e ingiere cantidades normales de vitamina b12. Sin embargo, debido a un trastorno de la mucosa de su estómago, no produce factor intrínseco correctamente, lo cual hace que no pueda absorber la vitamina en el intestino, provocando la anemia.
Una vez que hemos asegurado que hay Qi en abundancia, otro aspecto importante es que este circule bien.
La libre circulación de esta “energía vital” o Qi es fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente. Puede haber abundante sangre en nuestras venas, pero si estas no llegan a todas las partes del cuerpo no será muy útil. Si doblamos las piernas de manera que se presionamos los nervios, pronto notaremos un hormigueo en la pierna; si permanecemos con un brazo levantado hacia arriba, estamos dificultando el aporte sanguíneo, y es posible que al cabo de unos minutos notemos la mano más fría que la otra. De la misma manera, el Qi fluye por nuestro cuerpo a través de canales propios, y su circulación puede ser dificultada o estancada. Muchas patologías son consecuencia de un estancamiento de energía.
De esta manera, tenemos 2 trastornos básicos referentes al Qi, una es una insuficiencia y la otra es un estancamiento o mala circulación. En el segundo caso la acupuntura es altamente efectiva, si bien en ambos casos la dieta juega un papel de base.
En medicina china los alimentos no se clasifican por la predominancia de sus nutrientes, como proteínas, lípidos o hidratos de carbono, si no que se tienen en cuenta otros criterios, como su naturaleza más Yin o Yang, su sabor o su acción energética sobre el organismo. Esto hace que la alimentación sea más adaptable para la constitución de cada persona.
Por ejemplo: Una persona tipo Yang, caracterizada por ser muy activa, con tendencia a ser inquieta y calurosa, es posible que le vayan mejor alimentos de naturaleza Yin, neutra o fresca, con un tropismo energético ligeramente hacia el interior o descendente. Mientras que a una persona donde predomina el Yin, los alimentos que mejor le pueden ir son tipo Yang, neutros y calientes, de acción energética más movilizadora y dispersante.